Pueblos y comunidades son los nuevos actores en el escenario regional, estos vienen siendo alentados desde ultramar, una nueva ideología pero con raíces antiguas; durante la década de los 80 y 90 los grupos antagónicos al sistema fueron alentados por las injusticias sociales y la falta de presencia del Estado a levantarse en armas. Muy a pesar nuestro esta coyuntura era una realidad y los Gobiernos de turno lejos de tomar las medidas oportunas para enfrentar esta problemática le dieron la espalda propiciando el nacimiento y crecimiento de grupos subversivos, los cuales luego de casi dos décadas fueron finalmente derrotados por valientes marinos, soldados y aviadores de nuestras Fuerzas Armadas
El desestabilizar Estados es un negocio antiguo y rentable; otras ideologías se viene gestando; teniendo en consideración la coyuntura política luego del año 2000, el cambio brusco de las leyes contra el terrorismo, el apocalíptico castigo a las Fuerzas Armadas y la fuerte presencia de las instituciones vinculadas a Derechos Humanos; estas personas han elegido luchar en otros espacios y para tal fin han elegido a los pueblos y comunidades que habitan en determinadas zonas que tienen gran poder económico.
Las noticias nacionales nos informan de los conflictos sociales que se desarrollan en la Costa, Sierra y Selva del Perú, en su mayoría están relacionadas con lugares donde hay minería, agroexportación, producción de gas o petróleo; dependiendo de la geografía encontraremos nativos, campesinos y obreros involucrados en manifestaciones en contra de las corporaciones industriales; los argumentos son variados como contaminación, explotación, despidos, abusos y otros contra los sistemas laborales implementados.
En el Departamento de La Libertad hay varias Empresas Agroexportadoras que vienen siendo objeto de duras críticas por diversas agrupaciones de tipo gremial, estas estarían de manera directa o indirecta influenciadas con estas nuevas ideologías, la presencia de personas foráneas es evidente. Es prioritario hacer el análisis de la situación de las Empresas Agroexportadoras, la presencia y proyección en las comunidades aledañas; los últimos conflictos han demostrado que el gran apoyo que reciben estas personas disociadoras proviene de la población misma.
La amenaza global en el escenario regional se viene dando actualmente con los bloqueos de carreteras, daños contra la propiedad privada, secuestros, agresiones físicas, hostigamiento sicológico, toma de instalaciones, invasión de terrenos; las Empresas Privadas deben estructurar acciones para prevenir estos conflictos que incluyan a las áreas de recursos humanos, producción, relaciones laborales/comunitarias, asesoría legal e imagen institucional. Estas actividades deben estar dentro del Plan de Seguridad Corporativo, el mismo que debe contemplar la protección de toda la cadena productiva desde el insumo inicial hasta el producto terminado y entregado al Cliente. El Gobierno central debe tomar medidas inmediatas para neutralizar estos conflictos sociales que en el corto plazo pueden entrar en una espiral de violencia con resultados devastadores para nuestra economía, la cual se vería agravada por la crisis internacional.
El desestabilizar Estados es un negocio antiguo y rentable; otras ideologías se viene gestando; teniendo en consideración la coyuntura política luego del año 2000, el cambio brusco de las leyes contra el terrorismo, el apocalíptico castigo a las Fuerzas Armadas y la fuerte presencia de las instituciones vinculadas a Derechos Humanos; estas personas han elegido luchar en otros espacios y para tal fin han elegido a los pueblos y comunidades que habitan en determinadas zonas que tienen gran poder económico.
Las noticias nacionales nos informan de los conflictos sociales que se desarrollan en la Costa, Sierra y Selva del Perú, en su mayoría están relacionadas con lugares donde hay minería, agroexportación, producción de gas o petróleo; dependiendo de la geografía encontraremos nativos, campesinos y obreros involucrados en manifestaciones en contra de las corporaciones industriales; los argumentos son variados como contaminación, explotación, despidos, abusos y otros contra los sistemas laborales implementados.
En el Departamento de La Libertad hay varias Empresas Agroexportadoras que vienen siendo objeto de duras críticas por diversas agrupaciones de tipo gremial, estas estarían de manera directa o indirecta influenciadas con estas nuevas ideologías, la presencia de personas foráneas es evidente. Es prioritario hacer el análisis de la situación de las Empresas Agroexportadoras, la presencia y proyección en las comunidades aledañas; los últimos conflictos han demostrado que el gran apoyo que reciben estas personas disociadoras proviene de la población misma.
La amenaza global en el escenario regional se viene dando actualmente con los bloqueos de carreteras, daños contra la propiedad privada, secuestros, agresiones físicas, hostigamiento sicológico, toma de instalaciones, invasión de terrenos; las Empresas Privadas deben estructurar acciones para prevenir estos conflictos que incluyan a las áreas de recursos humanos, producción, relaciones laborales/comunitarias, asesoría legal e imagen institucional. Estas actividades deben estar dentro del Plan de Seguridad Corporativo, el mismo que debe contemplar la protección de toda la cadena productiva desde el insumo inicial hasta el producto terminado y entregado al Cliente. El Gobierno central debe tomar medidas inmediatas para neutralizar estos conflictos sociales que en el corto plazo pueden entrar en una espiral de violencia con resultados devastadores para nuestra economía, la cual se vería agravada por la crisis internacional.
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